Hermandad rechaza ceder su edificación
Santo Domingo
La Hermandad de Veteranos Pensionados de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional aseguró ayer que el espacio físico que ocupan sus instalaciones es propiedad de sus miembros desde hace 49 años y que no están dispuestos a cederlo ni venderlo.
La advertencia fue hecha por la entidad en una carta remitida al director de Listín Diario, Miguel Franjul, en respuesta a una petición hecha por la presidenta de la Asociación Dominicana de Rehabilitación, doña Mary Pérez de Marranzini, de que el gobierno le cediera ese espacio con fines de expansión, durante su reciente participación en el Desayuno de Listín Diario.
En su misiva, el presidente de la Hermandad de Veteranos Pensionados, general de brigada retirado Julio Bdo. Grullón Méndez, señala que reconocen la labor filantrópica de doña Mary de Marranzini, pero que quieren dejar claro que esa Hermandad ha sido fruto del esfuerzo de sus miembros “conquista a la que no claudicaremos bajo ninguna circunstancia, que no venderemos y mucho menos cederemos nuestros espacios”.
Explica que esas edificaciones fueron construidas en 1967, que poseen el título correspondiente, y que la Hermandad no es una institución pública, sino que se administra como una ONG que no recibe presupuesto ni del Gobierno ni del sector privado, sino con los recursos que aportan mensualmente sus miembros en su condición de socios.
Destaca que en el espacio físico que ocupan funcionan además otras seis instituciones afines, entre ellos un centro policlínico que pronto se convertirá en un Centro de Atención Primaria aprobado por el Ministerio de Salud Pública.
Indica que más de 25,000 miembros pensionados de las Fuerza Armadas y la Policía Nacional, así como sus descendientes hacen vida institucional y social en esas instalaciones.
Agrega que conocida esa realidad se hace imposible que tanto el Gobierno como la entidad estén en condiciones de ceder sus edificaciones o espacio físico a ninguna otra institución, no importando su procedencia, aunque valoran en su justa dimensión las preocupaciones de la presidenta de la Asociación Dominicana de Rehabilitación.
La Hermandad de Veteranos Pensionados de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional aseguró ayer que el espacio físico que ocupan sus instalaciones es propiedad de sus miembros desde hace 49 años y que no están dispuestos a cederlo ni venderlo.
La advertencia fue hecha por la entidad en una carta remitida al director de Listín Diario, Miguel Franjul, en respuesta a una petición hecha por la presidenta de la Asociación Dominicana de Rehabilitación, doña Mary Pérez de Marranzini, de que el gobierno le cediera ese espacio con fines de expansión, durante su reciente participación en el Desayuno de Listín Diario.
En su misiva, el presidente de la Hermandad de Veteranos Pensionados, general de brigada retirado Julio Bdo. Grullón Méndez, señala que reconocen la labor filantrópica de doña Mary de Marranzini, pero que quieren dejar claro que esa Hermandad ha sido fruto del esfuerzo de sus miembros “conquista a la que no claudicaremos bajo ninguna circunstancia, que no venderemos y mucho menos cederemos nuestros espacios”.
Explica que esas edificaciones fueron construidas en 1967, que poseen el título correspondiente, y que la Hermandad no es una institución pública, sino que se administra como una ONG que no recibe presupuesto ni del Gobierno ni del sector privado, sino con los recursos que aportan mensualmente sus miembros en su condición de socios.
Destaca que en el espacio físico que ocupan funcionan además otras seis instituciones afines, entre ellos un centro policlínico que pronto se convertirá en un Centro de Atención Primaria aprobado por el Ministerio de Salud Pública.
Indica que más de 25,000 miembros pensionados de las Fuerza Armadas y la Policía Nacional, así como sus descendientes hacen vida institucional y social en esas instalaciones.
Agrega que conocida esa realidad se hace imposible que tanto el Gobierno como la entidad estén en condiciones de ceder sus edificaciones o espacio físico a ninguna otra institución, no importando su procedencia, aunque valoran en su justa dimensión las preocupaciones de la presidenta de la Asociación Dominicana de Rehabilitación.
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