Subsuelo de la capital es una bomba bacteriológica



LAS AGUAS RESIDUALES SON VERTIDAS DE MANERA DIRECTA Y SIN TRATAR

Santo Domingo

Desde hace varios años las fuentes de suministro de agua que abastecen al Gran Santo Domingo han estado expuestas a varios focos de contaminación, una situación que no ha sido controlada pese a los intentos de saneamiento del gobierno, que recientemente diseñó un plan con ese propósito.

La ausencia de un adecuado servicio de alcantarillado sanitario, los vertederos improvisados y la falta de plantas de tratamiento, son las principales causas de contaminación, no solo de las aguas superficiales, sino también de las aguas provenientes de los embalses subterráneos, que constituye el 34 por ciento del suministro diario.

¿Está en riesgo la salud de la población? Según el geólogo, Osiris de León, el 90% de las aguas residuales de Santo Domingo, principalmente las aguas descargadas de los inodoros, son vertidas de manera directa y sin tratamiento a las aguas subterráneas, un hecho del que advierte se ha constituido en “una bomba bacteriológica que podría estallar en forma de epidemia colectiva, fruto del consumo de aguas altamente contaminadas con bacterias.

En la publicación reciente del libro “Desafíos del Agua Urbana en las Américas”, donde la parte que corresponde a República Dominicana fue escrita por De León, este experto explica que las aguas subterráneas reciben descargas de las aguas cloacales de casi 3.5 millones de habitantes que aportan unas 7 mil toneladas diarias de excrementos.

Sistemas adecuados
Sin embargo, para el subdirector de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), Luis Salcedo, las aguas subterráneas, siempre y cuando las condiciones medioambientales sean adecuadas, son más seguras que las superficiales.

“¿Por qué? Porque las aguas subterráneas no están expuestas a que los seres humanos se bañen, a que los animales defequen en ellas, pero como dije, siempre y cuando las condiciones medioambientales lo favorezca , ¿Qué significa eso? Que no construyamos un pozo al lado de un vertedero, donde hayan sistemas de letrina, o que no haya una disposición adecuada de las aguas residuales”, sostiene.

Considera que lo que preocupa, y son contaminantes, “son los pozos construidos por particulares en edificios y viviendas, que recurren a esta alternativa sin cumplir con las normas establecidas”.

El problema radica en que quienes construyen los pozos en los edificios u otras estructuras no someten los planos a la CAASD, a fin de que estos sean aprobados.

En el país hay muy poco tratamiento de las aguas servidas. Apenas se colecta el 21%, según datos suministrados por el director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), Alberto Holguín.

Dijo que en las grandes ciudades donde no hay colección de aguas servidas, este líquido se va al subsuelo y contamina. “El ciudadano hace un pozo al lado de esa agua, entonces toman de esta en los hogares; eso pasa mucho en el Gran Santo Domingo”, anotó. “La contaminación ocurre en las grandes ciudades cuando el sector agua no suple lo suficiente en los hogares y la población tiene que tomar agua de pozos”, indica.

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