Tormenta en el este de EEUU



Nueva York

Los habitantes del noreste de Estados Unidos, que han tenido que soportar uno de los inviernos más fríos y con más nieve de que se tenga memoria, han llegado el límite de la exasperación.

Por su parte, Boston ha tenido que soportar uno de los inviernos con más nieve en los registros, con 2,66 metros (105,5 pulgadas) hasta el momento, dos pulgadas menos del récord, que data de 1872. Una ligera nevada ayer no fue suficiente para romper el récord.

Desde esquinas inundadas de aguanieve en Manhattan hasta las calles de Boston totalmente cubiertas de nieve, los ánimos andan por el suelo y la paciencia se agota en medio de un invierno récord que parece no acabar nunca.    

Linda Edwards se hartó hace 10 días, cuando unas tuberías se congelaron y perdió el suministro de agua en su casa de Niagara Falls, Nueva York. Desde entonces tiene que ir constantemente a casa de familiares para llenar recipientes con agua.    

"La nieve y el frío ya son suficientes, pero ahora esto es absolutamente frustrante, es increíble", dijo Edwards el jueves, cuando otra tormenta provocó nevadas desde Kentucky hasta la zona metropolitana de Nueva York. En medio de la fuerte nevada, un avión se salió de la pista y atravesó una cerca en el Aeropuerto LaGuardia.    

Este invierno de nunca acabar ha generado hashtags en Twitter que piden el fin de las nevadas e incluso llevó a la oficina de turismo de Ithaca, Nueva York, a declarar vencedor al frío y sugerir a los visitantes que prueben en los Cayos de la Florida.    

La región noreste de Estados Unidos fue declarada "zona destacada global" por un frío más fuerte de lo normal en febrero, dijo Art DeGaetano, director del Centro Regional Climático del Noreste en la Universidad Cornell. Por lo menos siete ciudades —entre ellas Hartford, Connecticut; Worcester, Massachusetts, y Buffalo, Nueva York— rompieron récords de frío.    

 Tami y Dave Crimi estaban acostumbrado al invierno en Hamburg, un su suburbio de Buffalo. Entonces, en noviembre, una tormenta descargó más de dos metros de nieve y el techo de su vivienda colapsó, lo que los ha obligado a pasar los 105 días siguiente en un hotel con sus hijos, de 10 y 12 años, y dos perros.      "Por lo general el invierno no nos molesta. Pero este año es lo de nunca acabar", dice Tami Crimi. "Estoy harta de tener frío".     

"Llega el momento en que uno se harta", se queja Ed Johnson, conductor de un camión de entregas, que está hasta la coronilla de pelear por los pocos estacionamientos sin nieve y navegar aceras congeladas.      En Buffalo, Robert Brombos Sr. perdió la paciencia cuando el diario The Buffalo News escribió un reportaje sobre los habitantes del noreste que van a pasar el invierno en Florida.    

"Restriegan sal en la herida", se quejó Brombos en una carta al periódico. El invierno, dijo por teléfono, "se ha hecho más deprimente".

Estudios han mostrado que las condiciones del tiempo afectan el humor, aunque los efectos son ligeros para la población en general, señala Kelly J. Rohan, profesora de Psicología de la Universidad de Vermont. Incluso para personas con trastorno afectivo estacional —un tipo de depresión relacionada con ciertas épocas del año, ciertamente el otoño y el invierno—, el tiempo que dura la luz durante el día es más importante que el clima.    

Sin embargo, expertos señalan que en las condiciones climáticas adversas la gente realiza menos actividades que las hace sentir bien, como socializar y hacer ejercicios.

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