Conmoción en Europa por siniestro de avión en los Alpes




SEYNE-LES-ALPES, Francia

 Un avión de la aerolínea Germanwings con 150 personas a bordo que iba de Barcelona a Duesseldorf se estrelló ayer en una sección remota de los Alpes franceses, lo que desató un estruendo similar al de un alud mientras los restos pulverizados se esparcían por una montaña rocosa y sus barrancos. Presumiblemente perdieron la vida todas las personas a bordo.    

Los pilotos no enviaron señales de emergencia y habían perdido la comunicación por radio con el centro de control, dijeron autoridades aeronáuticas de Francia, lo que profundiza el misterio en torno al desastre del A320 a medio vuelo después de un sorpresivo descenso de ocho minutos.    

"El lugar es una escena de horror. El dolor de las familias y amigos es inconmensurable. Debemos mantenernos unidos. Estamos unidos en nuestra gran pena", declaró el ministro alemán del Exterior, Frank-Walter Steinmeier, en un comunicado después de sobrevolar la zona del percance y de que las autoridades francesas le dieran informes al respecto.    

El accidente causó conmoción entre autoridades y familias en Europa. Familiares que sollozaban en ambos aeropuertos fueron asesorados por trabajadores de la línea y especialistas en crisis nerviosas. Un pueblo alemán estaba embargado por el dolor tras perder a 16 estudiantes de secundaria que volvían de un intercambio académico en España.    

"Esto es lo peor que uno puede imaginarse", dijo el alcalde de Altern, Bodo Klimpel, en una conferencia de prensa convocada de urgencia.    

Al caer la noche en el lugar del desastre, las autoridades francesas suspendieron la búsqueda de los restos del avión y los helicópteros dejaron de sobrevolar la zona, que se ubica en un lugar de difícil acceso.      Unos 10 gendarmes pasarán la noche en el lugar de la tragedia para resguardarlo y las operaciones de búsqueda se reanudarán al amanecer, dijo a The Associated Press el teniente coronel Jean-Marc Meninchini, del servicio regional de rescate de la policía en la localidad montañesa de Seyne-les-Alpes. Previsiblemente las operaciones de recuperación durarán una semana, agregó. 

La canciller alemana Angela Merkel insistió en que "no sabemos mucho más allá de la mera información del vuelo y no hay que hacer conjeturas sobre las causas de lo ocurrido".    

La vicepresidente de Lufthansa, Heike Birlenbach, dijo a periodistas en Barcelona que por el momento la línea considera al hecho "un accidente".    

En Washington, funcionarios de la Casa Blanca indicaron que estaban en contacto con sus contrapartes alemanas, francesas y españolas.    

"En este momento no hay indicios de que haya nexos con el terrorismo", dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Bernadette Meehan.    

 Videos y fotos del sitio donde cayó el avión muestran fragmentos blancos diseminados por la montaña rocosa, así como secciones de la nave de mayor tamaño con ventanas. Funcionarios franceses dijeron que la tripulación de un helicóptero que descendió en el sitio no vio señales de vida.    

"Todo está pulverizado. Los restos de mayor tamaño tienen las dimensiones de un automóvil pequeño. Nadie puede llegar al lugar por tierra", dijo a The Associated Press Gilbert Sauvan, presidente del concejo general de los Alpes en la Alta Provenza.    

El ministro del Interior de Francia, Bernard Cazeneuve, informó que se localizó una de las cajas negras del avión "y será examinada de inmediato". No precisó si se trataba de la grabadora con los datos de vuelo o la grabadora con la voz de la cabina del avión.    

Germanwings es una aerolínea de bajo costo propiedad de Lufthansa, la mayor línea aérea de Alemania. Sus principales destinos son europeos.   

El desastre del martes es el primero que implica la muerte de pasajeros desde que la aerolínea comenzó actividades en 2002. El logo de Germanwings, que ordinariamente es granate y amarillo, cambió a negro en su cuenta de Twitter.  

La aerolínea indicó que el vuelo 9525 llevaba a bordo a 144 pasajeros, entre estos dos bebés, y seis tripulantes. Las autoridades creen viajaban allí 67 alemanes, entre ellos 16 estudiantes de secundaria de un programa de intercambio académico del pueblo de Haltern, así como dos cantantes de ópera.   

El Gran Teatro del Liceo de Barcelona indicó que la contralto alemana Maria Radner iba en el avión con su esposo y su bebé. La casa de ópera de Duesseldorf señaló que el barítono Oleg Bryjak también viajaba en el aparato.    

Un holandés y un danés figuran entre las víctimas, informaron los gobiernos de esos países.    

El avión despegó de Barcelona a las 10:01 a.m. y comenzó a descender poco después de alcanzar su altitud de crucero de 11.500 metros (38.000 pies), dijo el director general de Germanwings, Thomas Winkelmann, a los reporteros en Colonia. El descenso duró ocho minutos.    

Eric Heraud, de la Autoridad de Aviación Civil francesa, dijo que la nave de Germanwings perdió la comunicación por radio con el centro de control a las 10:30 del martes pero los pilotos "no emitieron señales de alerta".    

Dijo que debido a que la pérdida de la comunicación y el veloz descenso del aparato ocurrieron simultáneamente el centro de control declaró una situación de emergencia.    

"No podemos decir de momento por qué nuestro colega entró en descenso, y tan rápido, sin consulta previa con el control de tránsito aéreo", afirmó el director de operaciones de vuelo de Germanwings, Stefan-Kenan Scheib.  

  El avión se estrelló a una altitud de unos 2.000 metros (6.550 pies) cerca de los poblados de Prads-Haute-Bleone y Meolans-Revels y el popular centro de esquí de Para Loup. El lugar del desastre se ubica a unos 700 kilómetros (430 millas) al sur-sureste de París.    

"Se escuchó un ruido ensordecedor. Creí que se trataba de una avalancha, aunque sonó un poco distinto. Fue un ruido breve, duró unos segundos", declaró a la AP Sandrine Boisse, presidenta de la oficina de turismo de Para Loup.    

El portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet, dijo a la televisora BFM que preveía una operación de búsqueda y rescate "extremadamente larga y extremadamente difícil" debido a que el lugar de la tragedia se ubica en una zona muy remota.    

El clima en la zona se descompuso el martes en la tarde porque empezó a llover.    

El avión fue entregado a Lufthansa en 1991; tenía aproximadamente 58.300 horas de vuelo en unos 46.700 recorridos, informó Airbus. Fue sometido a una revisión de rutina el lunes en Duesseldorf y su anterior inspección completa ordinaria se efectuó a mediados de 2013.      El rey Felipe VI de España canceló su visita de Estado a Francia tras el accidente.    

El avión tuvo el lunes un problema técnico menor en una compuerta delantera del tren de aterrizaje, dijo el portavoz de Lufthansa, Christoph Meier, pero agregó que fue sólo un problema de ruido que no parecía estar relacionado con la caída del aparato.    

Dijo también que algunas tripulaciones de Germanwings pidieron no volar después de lo sucedido "por razones personales". En París, el presidente francés Francois Hollande se refirió a lo sucedido como "una tragedia en nuestro suelo".

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