Falleció Héctor Mateo, cardiólogo y formador de varias generaciones
FUE GUARDIÁN POR MUCHOS AÑOS DE LA SALUD CARDIOVASCULAR DE LOS DOMINICANOS
Santo Domingo
Falleció ayer a los 93 años el filántropo y cardiólogo dominicano Héctor Mateo Martínez, creador de la Fundación y del Instituto Dominicano de Cardiología, y quien por décadas se convirtió en el principal guardián de la salud cardiovascular de los dominicanos.
Formador de generaciones de médicos y uno de los pioneros de la cardiología en el país, su deceso ocurrió en las primeras horas de la mañana de ayer en la Unidad de Cuidados Intensivos del Instituto Dominicano de Cardiología, donde estuvo ingresado desde el pasado domingo, luego de presentar complicaciones del cuadro de salud que le aquejaba desde hacía largo tiempo.
El destacado médico, quien durante años organizó y encabezó cada mes de febrero la Caminata del Corazón, se encontraba acompañado al momento de su fallecimiento de los más cercanos familiares, de miembros de la Fundación Dominicana de Cardiología, autoridades del centro de salud, así como del equipo de médicos tratantes. Sus restos fueron expuestos al atardecer en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln. Su sepelio está previsto para las 3:00 de la tarde de hoy en el Cementerio Cristo Redentor, previamente habrá una parada en la sede del Instituto de Cardiología.
El doctor Héctor E. Mateo Martínez, nació en Cotuí, el 20 de marzo de 1921. Se casó el 10 de junio de 1962 con doña Minerva Emilia Minervino, quien falleció en el 2008. Son sus hijos Héctor Emilio, Aída Ofelia y José Luis.
Vivencias
Fue escritor de artículos y libros, entre ellos “Medicina, Amor y Vida”, en el 2004 así como “Reflexiones y Anécdotas”, en el 2008, donde recoge parte de sus vivencias. En uno de sus párrafos, el doctor Mateo destaca que luego de haber pasado la barrera de los 84 años que marcan el inicio de la cuarta edad, la plena vejez, “creo que debo mantenerme activo porque nada es más perjudicial para el equilibrio mental y la salud física que la ociosidad, el aburrimiento y la falta de la práctica de nuestras facultades”.
En otro párrafo destaca que con la edad se va disminuyendo el reflejo de inhibición “lo que nos permite ser más francos y directos. Quiero reconocer que en vez de hacerme insensible al dolor y a la miseria humana, a fuerza de verlos, siento, por el contrario, crecer en mí la facultad de amar y el sentido de la compasión”.
Se graduó de médico en 1947 en la Universidad de Santo Domingo; hizo postgrado en cardiología en el University Hospital de la Universidad de Minnesotta, USA; fue jefe del servicio de cardiología en varios hospitales entre el Juan Pablo Pina y Robert Reid Cabral.
Presidió la Sociedad Dominicana de Cardiología; dirigió el Instituto Dominicano de Cardiología y, al momento de su muerte, era presidente advitam de la Fundación Dominicana de Cardiología. Recibió diversos reconocimientos, entre ellos el de mayor honorario del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo; medalla de honor en el Congreso Interamericano de Cardiología, celebrado en Lima-Perú; miembro de American College of Cardiology, de la Academia Americana de Pediatría y del American Collage of Angiology y reconocido como Profesor Emeritus de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.
Fue miembro y presidente de la Junta de Directores de la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos; miembro suplente del Consejo de Administración del Banco Nacional de la Vivienda –BNV–; presidente del Club de Leones de Arroyo Hondo. Recibió el Chevron de 25 años de servicios continuos en esta institución de servicio.
En 1986 recibió la Condecoración de la Orden Juan Pablo Duarte en el Grado de Caballero.
Fue miembro y recibió reconocimiento del Patronato Hospital General Materno Infantil Plaza de la Salud. En el 2011 recibió un reconocimiento del Senado de la República por su labor como Médico y filántropo.
José Luis Mateo, hijo del fallecido, expresó que su padre “dejará un gran legado en esta tierra, fue una persona íntegra, de buen corazón, siempre un luchador, solidario, y realmente siempre se dedicó a su profesión al máximo, la verdad es que lo recordaremos siempre”.
Santo Domingo
Falleció ayer a los 93 años el filántropo y cardiólogo dominicano Héctor Mateo Martínez, creador de la Fundación y del Instituto Dominicano de Cardiología, y quien por décadas se convirtió en el principal guardián de la salud cardiovascular de los dominicanos.
Formador de generaciones de médicos y uno de los pioneros de la cardiología en el país, su deceso ocurrió en las primeras horas de la mañana de ayer en la Unidad de Cuidados Intensivos del Instituto Dominicano de Cardiología, donde estuvo ingresado desde el pasado domingo, luego de presentar complicaciones del cuadro de salud que le aquejaba desde hacía largo tiempo.
El destacado médico, quien durante años organizó y encabezó cada mes de febrero la Caminata del Corazón, se encontraba acompañado al momento de su fallecimiento de los más cercanos familiares, de miembros de la Fundación Dominicana de Cardiología, autoridades del centro de salud, así como del equipo de médicos tratantes. Sus restos fueron expuestos al atardecer en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln. Su sepelio está previsto para las 3:00 de la tarde de hoy en el Cementerio Cristo Redentor, previamente habrá una parada en la sede del Instituto de Cardiología.
El doctor Héctor E. Mateo Martínez, nació en Cotuí, el 20 de marzo de 1921. Se casó el 10 de junio de 1962 con doña Minerva Emilia Minervino, quien falleció en el 2008. Son sus hijos Héctor Emilio, Aída Ofelia y José Luis.
Vivencias
Fue escritor de artículos y libros, entre ellos “Medicina, Amor y Vida”, en el 2004 así como “Reflexiones y Anécdotas”, en el 2008, donde recoge parte de sus vivencias. En uno de sus párrafos, el doctor Mateo destaca que luego de haber pasado la barrera de los 84 años que marcan el inicio de la cuarta edad, la plena vejez, “creo que debo mantenerme activo porque nada es más perjudicial para el equilibrio mental y la salud física que la ociosidad, el aburrimiento y la falta de la práctica de nuestras facultades”.
En otro párrafo destaca que con la edad se va disminuyendo el reflejo de inhibición “lo que nos permite ser más francos y directos. Quiero reconocer que en vez de hacerme insensible al dolor y a la miseria humana, a fuerza de verlos, siento, por el contrario, crecer en mí la facultad de amar y el sentido de la compasión”.
Se graduó de médico en 1947 en la Universidad de Santo Domingo; hizo postgrado en cardiología en el University Hospital de la Universidad de Minnesotta, USA; fue jefe del servicio de cardiología en varios hospitales entre el Juan Pablo Pina y Robert Reid Cabral.
Presidió la Sociedad Dominicana de Cardiología; dirigió el Instituto Dominicano de Cardiología y, al momento de su muerte, era presidente advitam de la Fundación Dominicana de Cardiología. Recibió diversos reconocimientos, entre ellos el de mayor honorario del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo; medalla de honor en el Congreso Interamericano de Cardiología, celebrado en Lima-Perú; miembro de American College of Cardiology, de la Academia Americana de Pediatría y del American Collage of Angiology y reconocido como Profesor Emeritus de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.
Fue miembro y presidente de la Junta de Directores de la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos; miembro suplente del Consejo de Administración del Banco Nacional de la Vivienda –BNV–; presidente del Club de Leones de Arroyo Hondo. Recibió el Chevron de 25 años de servicios continuos en esta institución de servicio.
En 1986 recibió la Condecoración de la Orden Juan Pablo Duarte en el Grado de Caballero.
Fue miembro y recibió reconocimiento del Patronato Hospital General Materno Infantil Plaza de la Salud. En el 2011 recibió un reconocimiento del Senado de la República por su labor como Médico y filántropo.
José Luis Mateo, hijo del fallecido, expresó que su padre “dejará un gran legado en esta tierra, fue una persona íntegra, de buen corazón, siempre un luchador, solidario, y realmente siempre se dedicó a su profesión al máximo, la verdad es que lo recordaremos siempre”.
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