Un inmenso hoyo trastorna tránsito en Villas Agrícolas



CONDUCTORES PIDEN SOLUCIÓN DEFINITIVA DEL CAOS EN LA INTERSECCIÓN

Santo Domingo

“¡Hay un hoyo! Hay un hoyo a la orilla del mar”, reza el estribillo del merengue de Kinito Méndez, que los moradores, transeúntes y conductores de la calle Moca con 20, en el barrio Villas Agrícolas, adaptan a un inmenso cráter que se abre como boca de lobo en esa esquina, y constituye un riesgo constante en esa zona populosa del Distrito Nacional.

Es un badén que con el paso de los años, las lluvias constantes y la posible indiferencia de las autoridades se ha convertido en un peligro que se agudiza en las noches y en los días de lluvia, donde, como dijo uno de los gomeros de la zona, “el Ozama le queda chiquito”.

Los moradores del barrio, una franja en la que está “la mata de los repuestos vehiculares, neumáticos, aros, puertas, baúles”, están indignados, pues el problema les afecta seriamente y necesitan del auxilio rápido, antes que de que ocurra una tragedia.

Sufrimiento
En las horas pico de la tarde y en las mañanas, el tránsito es insufrible, pues los conductores se estancan, al reducir al mínimo la velocidad y enterrarse en el hueco que rompe el asfalto, para maniobrar y salir bien librados de algún modo.

José, uno de los choferes que al rayar las cinco de la tarde atravesaba la abrupta vía, dijo que no hay otra alternativa que “destrozar” los ya de por sí destartalados vehículos.

“Lo único que vamos a hacer es que le vamos a celebrar un cumpleaños; estamos tan jartos de este hoyo que le vamos a hacer una fiesta”, dijo Paulino, uno de los choferes del transporte público que se busca la vida en esa franja que empalma a los barrios Villa Juana y Villas Agrícolas.

Definitiva
Juan Ortega, uno de los contertulios habituales, que trabaja en un centro de venta de neumáticos, dijo que el problema no es tan sencillo y que para que exista una solución definitiva hay que hacer un estudio de más de cinco calles que tienen que ver con tuberías y accesos del drenaje y del alcantarillado.

Mientras esto ocurre, todos coincidieron en pedir una solución que vaya más allá de la campaña política, y como dijo quien solo se quiso identificar como Franklin “vamo a votá por quien resuelva”.

La intersección ha sido asfaltada en múltiples ocasiones, pero el problema vuelve con cualquier temporada de lluvia, por lo que los usuarios de las vías pidieron una solución definitiva y no las coyunturales que ocurren cada cierto tiempo.

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