“Ella es dichosa, dichosa”, dice hermano de la joven herida tras desplome de viga del metro



LA JOVEN FUE INGRESADA EN CEDIMAT, DONDE FUE DADA DE ALTA EN LA MAÑANA DE ESTE JUEVES
Santo Domingo

Destrozos, quejas, inconformidad y un ambiente de desesperación es lo que impera en los alrededores de la zona donde una viga utilizada para la extensión de la segunda línea del Metro de Santo Domingo cayó sobre varias viviendas ubicadas en el sector de Güaley, Distrito Nacional.

El incidente ha dejado como resultado una joven herida, quien fue ingresada a un centro de salud junto a su pequeña hija de tan solo 22 días de nacida luego de que el andamiaje de acero destruyera su vivienda por completo; ambas lograron salir con vida milagrosamente, según sus familiares y vecinos.

“Ella es dichosa, dichosa”, expresó Gregorio García, hermano de Virginia Mercedes Castro, mientras echaba una mirada triste al lugar, que hasta ayer, solía ser la morada de su hermana, su esposo y sus dos hijos.

Narró que al momento del desprendimiento de la viga, que era manejada por miembros de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), corrió inmediatamente a ver a Virginia, ya que en ese instante ella se encontraba sola con su bebé.

El joven de 22 años manifestó que cuando llegó al lugar, encontró a su hermana sentada en la cama, sangrando por la cabeza y con la niña en su regazo…luego ella se desmayó.  

“Inmediatamente que yo vi que se cayó esa viga, yo corrí para acá…cuando la vimos así (a Virginia) pensamos que estaba muerta ella y la niña”, dijo.     

Fue entonces que, según su relato, entre un tío del esposo de Virginia y otras personas la sacaron de lo que quedaba de su hogar y la llevaron al hospital Luis Eduardo Aybar, donde luego se informó que tanto ella como la recién nacida estaban fuera de peligro; Virginia con una herida en la cabeza que requirió ocho puntos de sutura, y la niña sin ningún tipo de lesión. 

La joven y su hija fueron trasladas a Cedimat, donde fue dada de alta en la mañana de este jueves.

Entre las pérdidas materiales de la joven Virginia, según afirmó su hermano, fueron algunas sillas plásticas, una estufa, un juego de comedor, una cama, un abanico, un gabetero, una nevera, entre otros objetos.

Aseguró que al momento de regresar al lugar, después de haber dejado a Virginia en el hospital, los pocos objetos que salieron ilesos del impacto del desplome fueron sustraídos por desconocidos. 

Según dijo una joven residente en el sector que Virginia Castro es ama de casa y que su esposo, Frank Aneury Vázquez Mesa trabaja en construcción poniendo yeso a las paredes.

Otros afectados
Otra de las personas que perdió su vivienda a causa del referido incidente fue la señora Austria Pérez Uribe; todo lo que solía ser la pequeña estructura que la albergaba a ella y cinco de sus seis hijos, aun yace debajo del andamiaje de acero.

La señora dijo que al momento del desplome de la viga ella se encontraba en un colmado comprando algunos alimentos, y luego escuchó un ruido proveniente del lugar en donde los obreros de la OPRET hacían su trabajo. 

“Cuando vengo hablando con la dueña del colmado, en la esquina oigo que esa cosa (la viga), se está como desprendiendo, entonces cuando miramos hacia arriba notamos que eso va hacia el suelo…cuando salimos huyendo para acá, yo me puse mala y solo pensaba en unos viejitos que viven frente a mi casa”, expresó la señora.

Luego que llegó al lugar, un señor le preguntó a ella que si había gente en su casa, por lo que ella contestó que no, que el único elemento viviente que estaba dentro de su vivienda era su perrito, el cual había quedado atrapado entre los escombros y que resultó con algunas lesiones.

A causa de lo sucedido, la señora Uribe dijo que paso la noche en casa de unos vecinos.

Las demás afectados  solo muestran una actitud de reproche hacia los que trabajan en la obra, gritando a puro pulmón que les resuelvan su caso, ya que afirman haber advertido de que situaciones como esas pasarían si no los desalojaban antes de iniciar con los trabajos de la segunda línea del Metro de Santo Domingo.

Decenas de agentes policiales custodian el área de acceso hacia los equipos de trabajo de la OPRET, y sus empleados, para evitar que residentes que se encuentran apostados en el lugar vayan a implantar el desorden mediante ataques violentos.

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