Vaticano dice que carece de jurisdicción en casos de pederastia en el clero
El Vaticano se presentó hoy ante el Comité de la ONU contra la Tortura
argumentando que, desde el punto de vista legal, carece de jurisdicción
-y, por tanto, de responsabilidad- sobre los miembros del clero que
puedan haber cometido delitos diversos, como abusos sexuales de menores.
En menos de cuatro meses, el Vaticano volvió hoy a someterse al
escrutinio de un órgano de derechos humanos de las Naciones Unidas,
donde la discusión se centró nuevamente -como ocurrió en el Comité sobre
los Derechos del Niño a mediados de enero- en los casos de pedofilia en
el seno de la iglesia.
"La Santa Sede desea reiterar que las personas que viven en un país
están bajo la jurisdicción de las autoridades de ese país y sometidas a
sus leyes nacionales", declaró en la comparecencia de hoy el
representante permanente del Vaticano ante la ONU en Ginebra, Silvano
Tomasi.
En su intervención, alegó que la Santa Sede "ha cumplido de buena fe con
las obligaciones asumidas bajo la Convención contra la Tortura,
integrando sus valores y principios en la legislación de la Ciudad del
Vaticano".
Tomasi entró entonces en un disquisición jurídica sobre en quién recae
la responsabilidad de perseguir y juzgar a quienes, en su función de
representación de la iglesia católica, han cometido delitos, tales como
la pederastia.
"La Santa Sede, como miembro de la comunidad internacional, está
relacionada, pero es una entidad separada y distinta del territorio de
la Ciudad del Vaticano, sobre la cual ejerce soberanía", sostuvo.
Agregó que son las autoridades de cada Estado las responsables de
aplicar la justicia "frente a crímenes y abusos cometidos por personas
bajo su jurisdicción".
Esta argumentación fue rechazada de plano por la relatora del comité,
Felice Gaer, quien declaró que "causa preocupación porque sugiere que
(el Vaticano) cree que la convención se aplica sólo a sus cuatro
esquinas y a los que están dentro".
La jurista cuestionó el intento de distinguir y separar al Vaticano de
la Santa Sede, como si la primera "fuese una subdivisión" de la segunda.
"Nunca antes hemos visto un intento de ratificar una convención sólo
para una parte de sí mismo, como si (el Vaticano) fuese una provincia de
un Estado (la Santa Sede)", criticó.
De igual manera, objetó la pretensión del Vaticano de excluir a sus
funcionarios en el exterior de la responsabilidad que les atañe en
aplicación de los tratados internacionales.
"Esto no es conforme a nuestra práctica. La convención (contra la
tortura) debe aplicarse a todos los funcionarios de un Estado, incluso a
los que están en el extranjero, donde sea que se encuentren".
Gaer planteó a la delegación encabezada por monseñor Tomasi preguntas
muy claras y específicas sobre las que espera una respuesta mañana, en
la segunda parte de la comparecencia del Vaticano ante el comité.
Basándose en recientes comentarios del propio Tomasi a la prensa, según
los cuales desde 2004 más de 700 sacerdotes han sido apartados de sus
funciones por la Santa Sede por acusaciones de abusos sexuales, Gaer le
preguntó cuántos están ahora siendo investigados por instancias del
Vaticano.
"¿Nos pueden brindar información de las acusaciones sobre los miembros
del clero que están siendo investigados por la Congregación de la
Doctrina de la Fe y si han sido apartados de su función como medida de
prevención?", preguntó.
"Todos los que están bajo investigación, ¿están suspendidos de sus
funciones para evitar que sigan cometiendo abusos o que intimiden a las
víctimas?", prosiguió Gaer, que demandó al representante vaticano
"números precisos de cuántas personas han sido encontradas culpables".
Al término de la primera parte de la audiencia, Tomasi dijo que la
discusión dejó en evidencia que persisten importantes diferencias de
opinión entre lo que se considera la responsabilidad legal y moral de la
iglesia, "una distinción que es básico aclarar".
Aunque reconoció que la Iglesia todavía debe terminar de "hacer su
propia limpieza dentro de la casa", Tomasi dijo que está documentado que
los casos de pederastia están en declive y que éste es el resultado de
"las medidas adoptadas en los diez últimos años por la Santa Sede y las
iglesias a nivel local".
"Hay resultados positivos y continuaremos en esta dirección", aseguró.
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