Internos en etapa distinta siembran y cosechan



En la actualidad el centro, tiene sembrado alrededor de 150 quintales de yuca, además de plátanos, maíz, auyama, tomate, entre otros, y no se permite que sus familiares lleven comida los días de visita.

Santo Domingo

Quizá usted no se ha preguntado la procedencia de la yuca que en este momento o en días recientes ha consumido junto a su familia. Y probablemente este tubérculo haya sido producido por reclusos o internos penitenciarios del Centro de Corrección y Rehabilitación Abierto Haras Nacionales, de Villa Mella, municipio Santo Domingo Norte.

En la actualidad el centro tiene sembrados alrededor de 150 quintales de yuca, además de plátanos, maíz, auyama, tomate, entre otros rubros, en una finca cuya administración le fue cedida por el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA).

El interno Ramón Antonio Núñez Tejada, de 65 años de edad, es uno de los tantos reclusos que se levanta temprano para atender el conuco donde se produce la yuca, plátano y auyama. Fue condenado a 20 años de prisión por secuestro, pena de la cual ha cumplido nueve años y seis meses.

Con bastante propiedad, Núñez Tejada dice que los internos realizan su jornada con esmero, lo que han constatado las personas que pasan por la orilla de la carretera en donde se encuentra localizada la plantación.

El recluso considera que es una verdadera rehabilitación, ya que tiene por los menos un año y seis meses de estar trabajando y “durante el tiempo de estar aquí se han ido bastantes internos libres y se han ido bien rehabilitados”.

Otro interno con suma satisfacción cuenta que “quien me conoció antes cómo era yo en el pasado se admiran cuando me ven y me dicen porque aquí está trabajando y porque afuera no, porque aquí me inculcaron buenas cosas, porque aquí me dieron principios para aprender un oficio, por lo que me siento capacitado para enfrentar cualquier responsabilidad que me den”.

Tarea Productiva
Cada uno de los privados de libertad que participa en estas actividades está muy agradecido del modelo penitenciario  porque además de dedicarse a tareas productivas, perciben un pago que a muchos les ha ayudado en sus obligaciones familiares, además de que saben que esto les favorece en su expediente porque le agrega constancia de buena conducta. 

“Debemos agradecer a las autoridades porque han puesto como prioridad el impulso de verdaderos proyectos de rehabilitación, a fin de devolver a la sociedad a un individuo respetuoso de las leyes y que lleve los conocimientos para dedicarse a un oficio que le genere fondos lícitos para la manutención de su familia”, aduce el interno Dionisio López, mayor productor de auyama del centro.

La yuca es vendida en supermercados y de las ganancias se les facilita a los internos un incentivo económico, con el cual pueden mantener a sus familiares desde el centro, el cual opera dentro del nuevo modelo de gestión penitenciaria, que busca ofrecerles mejores oportunidades a los privados de libertad. Los internos también se dedican a la crianza de ovejos y chivos. Hay en la actualidad 34 chivos entre hembras y varones, y 68 ovejos, incluyendo dos que nacieron el pasado martes.

Los internos consumen tres raciones al día: desayuno, almuerzo y cena. La alimentación es balanceada en proteínas y carbohidratos, aportados por pastas, cereales, carnes y vegetales.

Bajo ninguna circunstancia se permite que los familiares lleven alimentos cocidos los días de visita.

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ESPACIO DIGNO Y ADECUADO
El centro está ubicado en la calle Primera del sector Haras Nacionales, de Villa Mella, y está a la vista de todos, rodeado de una malla metálica y un portón que es custodiado por dos guardias.

La obra fue diseñada como una estructura de block, madera y techo de zinc, lo que proporciona un estilo campestre al área, con rampas en las aceras que facilitan el acceso de los discapacitados y otras personas con alguna dificultad para caminar.

El área de construcción del recinto abarca un perímetro de mil 917 metros cuadrados, donde se ubican un dispensario médico, comedor, espacio de lavado, área verde con un parque, cisterna para el suministro permanente de agua potable y las 25 infraestructuras que tienen un tamaño de 42.3 metros cuadrados.

En el dispensario médico reciben asistencia los internos, más lo que acuden frecuentemente a medicarse. En el centro hay 78 internos que sufren de diabetes y hay 54 que son hipertensos.

Las casas cuentan con tres habitaciones, sala de estar y baño, con una cama de un nivel en cada cuarto, un televisor, abanicos y bebedero.

Fue concebido en el marco de los trabajos de la reforma penitenciaria, con el propósito de ofrecerles a los privados de libertad espacios dignos y adecuados a su edad, mientras dure el proceso de reclusión.

El Centro cuenta con una escuela de Entrenamiento Canino y proyecto agrícola moderno. Los internos de aquí tienen la libertad de moverse por todos los lados, tomar aire fresco y disfrutar de la naturaleza.

Haras Nacionales guardó los malos recuerdos de la Era del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, y los caprichos de su hijo menor, Radhamés, por hacer de esta zona un gran establo.

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