Redes sociales y violencia de género: un delito con castigo


A FACEBOOK, TWITTER E INSTAGRAM SE PUDE ACCEDER DE FORMA GRATUITA SI HAY ZONA WIFI, PERO A MUCHAS MUJERES USAR LAS REDES LES HA COSTADO CARO

Santo Domingo

Violencia y un teléfono. Violencia y una computadora. Violencia y un mensaje de texto. No parece haber relación. Pero, la hay. A algunas mujeres les ha costado la vida chatear y a otras, su reputación. El mundo virtual y el real tienen sus amenazas y, por suerte, también sus castigos.

Ramona Suárez tiene un salón de belleza en su casa de un barrio de la zona norte de Santo Domingo. Los momentos de ocio los aprovechaba para interactuar con clientas, familiares y amigos  por Facebook.

A Ramona (nombre ficticio) su hijo adolescente le enseñó el uso de esta red, creándole una cuenta, y en pocos meses ya la estilista tenía agregada una gran cantidad de personas. Lo que nunca pasó por la mente de esta mujer, de 34 años, es que su vida se vería amenazada por su participación en las redes sociales.

Y es que las redes sociales han venido a revolucionar la comunicación, donde con solo un clic se puede establecer contacto con familiares y amigos, o  enterarse de los últimos acontecimientos sin importar dónde se producen.

Pero, ¿por qué la mujer está en desventaja con el uso de la tecnología?

Ramona ya no está entre los 3.5 millones de dominicanos y dominicanas, que según algunas mediciones, usan Facebook. Su esposo quien, detesta el uso de los aparatos tecnológicos, llegó recientemente a la casa, le arrebató el teléfono celular, la golpeó  y la amenazó de muerte con un puñal si volvía a verla chateando.

Ella agradece a Dios estar con vida y, sin tomar ninguna acción para protegerse, como acudir a la justicia, ha optado por no acceder a  internet.

Así como Ramona son miles  las dominicanas que sufren amenazas por recibir o enviar mensajes de texto. Otras son acosadas, hostigadas  y chantajeadas por las redes sociales. Pero en el país no hay estadísticas oficiales que indiquen la cantidad de mujeres que sufren este tipo de violencia.

A  Facebook, Twitter, Instagram, así como la aplicación de  mensajería de texto y audio WhatsApp  se pude acceder hasta de forma gratuita si hay zona wifi, y son precisamente medios  usados con frecuencia para violentar los derechos de las mujeres y dañar reputaciones.

Hay un hecho que creó gran consternación y se produjo en Santiago cuando un hombre, identificado como Ángel Vásquez, mató a tubazos a su pareja embarazada, Leidy Miguelina Peña Colón, de 30 años, frente a sus tres hijos, porque ésta supuestamente se negó a mostrarle un mensaje que había recibido en un teléfono celular.

El acoso nos afecta a todos
Según un estudio publicado por  Pew Research Center, en EE.UU. el 40% de usuarios de internet son víctimas de acoso en línea.

 El centro  de Investigaciones con sede en Washington, D.C. que brinda información sobre problemáticas, actitudes y tendencias que caracterizan a los Estados Unidos y el mundo, de los usuarios encuestados, 27% dijo que habían sido insultados, 22% han sido víctimas de alguien que a propósito intentó avergonzarlo y 8% fue acosado o físicamente amenazado. Un 6% reportó haber sido acosado sexualmente.

Los más vulnerables a ser víctimas de esta clase de comportamientos en línea son los jóvenes de 18 a 19 años (65%) y las mujeres de entre 18 y 24 (25% han sido acosadas sexualmente), según el sondeo.

Consecuencias psicológicas
La violencia sicológica es la que más se sufre con el hostigamiento, amenazas, las campañas de descredito o el chantaje por las redes sociales y las mujeres son las más vulnerable, en su mayoría adolescentes.

Natividad tenía 15 años cuando su novio subió una fotografía de ella desnuda a Facebook y, por mucho tiempo, fue el tema de conversación en su pequeña comunidad, ubicada al sur del país. Ella abandonó los estudios y a sus 18 años ha tenido varias parejas. “ella está traumatizada”, cuenta una de sus tres hermanas.

La psicóloga infanto-juvenil, Roxana González, dice que hoy en día cuando la fotografía de una joven es subida a las redes sociales; desnuda o en situación comprometedora, se enteran todos los que están en su entorno, porque sus padres, vecinos, amigos, los compañeros de clase o de trabajo  tienen acceso a internet, entonces, sufre la familia.

Esta forma de violencia,  sobre todo en las adolescentes, provoca un daño terrible a su autoestima, una sensación de ansiedad las invade. Hasta sufren ataques de pánico cada vez que salen a la calle, porque temen que las van a reconocer por las fotos o por lo que se ha publicado sobre ellas.

La especialista propone, en esos casos, trabajar con toda la familia. “Cuando su reputación ha sido dañada hay que trabajar para volver a crear esa autoestima perdida. Orientarlas para que tengan cuidado con lo que graban y las fotografías que se toman”.

Dice que ha tenido casos en donde las afectadas han tenido instintos suicidas y “gracias a Dios no pasó”.  De ahí que destaca la importancia del apoyo de la familia y de que los agresores sean sometidos a la justicia para que no vuelvan a cometer ese delito.

Las fotografías no siempre son colgadas a las redes sociales por las parejas o exparejas. Otros “hackean” las cuentas de Internet, suplantan identidades y utilizan otras maniobras ilegales para dañar la reputación, a veces hasta de su propia familia.

Este delito tiene prisión
Aunque muchos lo ignoran y no hacen uso de la justicia para castigar a los agresores cibernéticos, en República Dominicana está la Ley No. 53-07 sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología que  contempla sanciones que van desde tres meses de prisión hasta los diez años, dependiendo de la gravedad del hecho, tanto para el que comete el delito, como para el cómplice, pudiendo ser condenado por homicidio cuando se llega a provocar la muerte de una persona.

Esta legislación en el artículo 12 “Atentado contra la Vida de la Persona” dice que se sancionará con las mismas penas del homicidio intencional o inintencional, o la provocación de muerte de una persona cometido utilizando sistemas de carácter electrónico, informático, telemático o de telecomunicaciones, o sus componentes. 

El chantaje, que es muy recurrente, ya que muchas personas piden dinero o sexo para no publicar determinadas informaciones o fotografías, conlleva prisión de uno a cinco años y multas de diez a 200 salarios mínimos. Esta forma de violencia es conocida en algunos países como “gooming”.

El artículo 17 que castiga el robo de identidad  establece prisión de hasta siete años, igual que la difamación e injuria pública por medios electrónicos que tiene de tres meses a un año la primera y hasta cinco años la última.

Acompañamiento legal y sicológico
El Ministerio de la Mujer, a través del Departamento de No Violencia,  acompaña con asistencia legal y sicológica en la actualidad tiene varios casos en los tribunales de mujeres que han recibido amenazas, hostigamientos y acoso por las redes sociales.

Según cuenta la abogada Sony Cepeda, además de una violación a la ley 53-07, este tipo de violencia es castigada por la ley 24-07 sobre Violencia Intrafamiliar y contra la Mujer.

Dice que  son constantes ese tipo de denuncia y que ese Ministerio ha logrado apresamiento, ordenes de alejamiento y tiene procesos abiertos con personas que han cometido el delito y salieron del país.

Pide a las víctimas no abandonar el proceso en la justicia para lograr las sanciones correspondientes y  así evitar que vuelvan a incurrir en el delito cibernético.

La experta recomienda a las agraviadas poner la denuncia en las fiscalías y acudir con los mensajes de textos, los mails  y todas las pruebas que poseen para que  el ministerio público pueda validarlos con el Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (DICAT).

¿Quien persigue este delito?
Las investigaciones de los casos y el sometimiento a la justicia de las personas involucradas  en delito de alta tecnología  es una responsabilidad del Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (DICAT), el cual tendrá oficiales de enlace de la División de Investigación de Delitos Informáticos (DIDI) del  Departamento Nacional de Investigaciones del Ministerio de Defensa y la Dirección Nacional de Control de Drogas, según lo establecido en la ley 53-07.  El DICAT tiene su cuenta de Twitter @DICATPN

El ministerio público creó la Procuraduría Especializada contra Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, cumpliendo con esta disposición legal, y según cuenta su titular John Henry Reynoso Ramírez, cuando tienen casos de violencia contra la mujer, a través de la tecnología, le dan el apoyo necesario a la Procuraduría General para Asuntos de la Mujer.

Frecuentemente el DICAT da a conocer el apresamiento de personas que violan esta legislación, con la suplantación de identidades,  amenazas por las redes sociales que en algunos casos se materializan, como el chantaje y otros.

Citamos algunos casos dados a conocer por el DICAT, como en Santiago donde fue desmantelado  centro de servicio de pornografía por Internet que operaba en la avenida Las Carreras de esa ciudad, y arrestaron a un estadounidense, una colombiana, 16 dominicanas y cinco dominicanos.

Un caso reciente es el apresamiento de una pareja de hermanos acusados de difundir imágenes difamatorias a través de la red social Instagram contra más de 30 personas, entre ellas figuras públicas y funcionarios.

Se trata de Mariana Rodríguez Fernández, quien al momento de ser ubicada y detenida, se encontraba en compañía de su hermano Navil Rodríguez Fernández, quienes son investigados con relación a la creación de la cuenta de instagram “Bochinchando del 1 al 8”.

Se destaca que personalidades de la vida artística han sido víctima de este delito y sus casos han sido resueltos y dados a conocer a los medios de comunicación como  el cantante urbano Manuel Baret Marte (Vakeró) que  utilizó su cuenta en la red social Twitter para denunciar que un hombre se hacía pasar por él en Facebook y pidia a sus seguidoras que se desnudaran.

Mozart La Para fue otro cantante afectado por este delito, ya que un hombre que se hizo pasar por él en la red social Facebook, mantuvo raptada a una mujer a la que obligó presuntamente a sostener relaciones sexuales.

También  la comunicadora Nashla Bogaert que presentó en la Fiscalía del Distrito Nacional una denuncia contra todos los que divulgaron vía Internet unas fotografías en las que ella aparece desnuda.

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